Pagan por un lugar en donde morir
y están muertos.
Salen a pasear sus éxitos
y el mundo gira inverso a ellos.
De camino me hice fuerte
y hoy ni puedo conciliar el sueño.
La dignidad como la llaman
va mas hambrienta que un perro en celo.
Si alguien conoce la fórmula
de escupir la bronca oxidada adentro
que la diga de una vez
antes de acudir a mi entierro.
Que el sol no dicte desvelo.
Que la luna saque a relucir la historia
trunca de los vencidos por el tiempo.
Ya lo ves, las ganas por seguir están.
Sólo faltan pelotas para salir de este entuerto.
Cuando gritaron las serpientes - Krocoop ediciones - 1991 - NDD
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