Coopertoners

viernes, 20 de septiembre de 2013

Steampunk. La subcultura del retrofuturismo.

El Steampunk surgió a traves de la literatura de ciencia ficción a principio de los años 80s. Su concepto radica en observar y reinterpretar las visiones del futuro hechas en nuestro pasado. Hay objetos realmente atrayentes concebidos, muchos de ellos, bajo el influjo de las novelas de Julio Verne y H. G. Wells. Pasen y vean.








Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Steampunk  -   http://steampunksp.4rumer.net/t9-que-es-el-steampunk






viernes, 13 de septiembre de 2013

El misterio de Hanging Rock



El melancólico paisaje australiano, rico en antiguos símbolos, fue en el año 1900 escenario de la misteriosa desaparición de un grupo de colegialas que participaban en una merienda campestre.
La funesta excursión tuvo lugar, al parecer, en el día de San Valentín de 1900. El cocinero de la escuela había preparado un «hermoso pastel helado en forma de corazón».
El día de San Valentín de 1900 amaneció soleado y hermoso en el pueblo de Woodend, cerca de Melbourne (Australia). Era el día de la excursión anual en el colegio para señoritas Appleyard, sitio en las afueras del pueblo, y a primera hora de la mañana un grupo de alumnas y profesoras de dicha escuela salieron con la intención de efectuar un almuerzo campestre en un hermoso paraje local. Al final del día cuatro personas habían desaparecido; tres de ellas no volverían a ser vistas nunca más.

Esta extraña historia se ha convertido en un episodio célebre, tan misterioso como el caso del buque abandonado, el Mary Celeste. Se ha convertido en tema de incontables teorías, numerosos artículos de revistas, al menos dos libros y una película, Picnic at Hanging Rock (1975). Pero como en tantos otros misterios históricos, lo acontecido en Hanging Rock no es todo lo que aparenta ser.

La historia nos cuenta que el grupo de chicas y profesoras partió en un coche alquilado para dirigirse a Hanging Rock a celebrar su almuerzo campestre anual. Un típico lugar de excursión al que solía acudir la gente de principios de siglo era una insólita formación geológica llamada Hanging Rock. Esta formación de origen volcánico y de varios millones de años de antigüedad se levanta majestuosamente unos 150 metros por encima de la llanura en que está emplazada, y culmina con la mezcla de piedras y monolitos en equilibrio que le dieron su nombre (Hanging Rock significa, en inglés, «roca que se balancea»). Muy cerca de la base de la roca había un buen lugar para comer y descansar, consistente en algunas improvisadas mesas de piedra y un adecuado y discreto servicio de lavabos.

El grupo escolar estaba compuesto por 19 chicas, la mayoría adolescentes; y dos profesoras; mademoiselle Diane de Poitiers, la más joven de las dos, enseñaba francés y danza, y Greta McCraw, una solterona escocesa de mediana edad, era la profesora de matemáticas. El otro adulto del grupo era Ben Hussey, conductor del coche alquilado por el colegio. Mistress Appleyard, la directora, no formaba parte de la expedición.

El grupo partió temprano aquel sábado por la mañana para cubrir los siete kilómetros que mediaban hasta el lugar del almuerzo, y llegaron poco antes del mediodía. El día era cálido y soleado, y después de comer la mayoría de las chicas dormitaban apaciblemente a la sombra de los árboles y las rocas. Algo más allá, al otro lado de un pequeño riachuelo que fluía de la pared de la roca, se había instalado otro pequeño grupo. Estaba compuesto por el coronel Fitzhubert (veterano del Ejército de la India, ahora retirado a climas más suaves), mistress Fitzhubert, su sobrino, el honorable Michael Fitzhubert (de visita y proveniente de Inglaterra) y el lacayo Albert Crundall.

Un Paraje Traicionero

El Clyde College fue el modelo histórico de Appleyard College, descrito en la novela de Joan Lindsay Picnic en Hanging Rock (1967).
Clyde College, colegio para señoritas trasladado de un suburbio de Melbourne a este edificio de Woodend en 1919.
Hacia las tres de la tarde, tres de las chicas mayores pidieron permiso a la profesora de francés para explorar la roca. Las tres jóvenes -Irma Leopold, Marion Quade y una muchacha a la que se recuerda simplemente como Miranda- tenían todas diecisiete años y destacaban por ser sensatas y responsables. Tras un breve comentario entre los adultos (durante el cual se observó que los relojes de Ben Hussey y de miss McCraw se habían parado a mediodía), se acordó dejarlas ir. Posteriormente dieron también permiso a Edith Horton, una chica más joven, de catorce años, para acompañarlas. Se advirtió a las cuatro que no subieran demasiado por la roca, que procuraran evitar los riscos, cuevas y precipicios, y que tuvieran cuidado con las serpientes, arañas y otros bichos peligrosos.

Las muchachas se alejaron de la zona de picnic, cruzaron el riachuelo y se perdieron de vista hacia las 3:30 de la tarde. Michael Fitzhubert y Albert Crundall, que estaban sentados junto al riachuelo, las vieron pasar; Irma iba delante, seguida de Marion, Miranda y Edith. Albert soltó un silbido piropeándolas, y Mike se levantó con la intención de seguirlas, pero desistió después de andar sólo unos metros, cuando ellas desaparecieron tras unos árboles.
En una escena de la película Picnic at Hanging Rock (1975), las alumnas del colegio Appleyard brindan por el día de San Valentín ante el amenazador telón de fondo de la roca. A las pocas horas, tres de los miembros del grupo iban a desaparecer para siempre.
En el lugar de la merienda todos dormían. Hacia las 4:30, Hussey deseaba ya reunir a todo el personal. Él y mademoiselle de Poitiers se dieron cuenta de que faltaba también miss McCraw; nadie la había visto marchar, pero se creía que había seguido a las chicas exploradoras. El grupo de Fitzhubert acababa de recoger sus cosas y se había marchado.

Irritados al principio y después cada vez más consternados, Hussey y mademoiselle de Poitiers buscaron a las ausentes. Hussey organizó a las chicas para que buscaran por parejas, dando voces a cada momento. Un rastro de helechos partidos y arbustos torcidos llevaba del este a la cara sur de la roca, pero más allá, donde empezaba el terreno propiamente rocoso, los rastros iban desapareciendo.

Los alarmados excursionistas buscaron durante casi una hora; hacia las 5:30, Edith Horton salió medio atontada de los matorrales del lado suroeste de la roca. Gritaba histéricamente y no pudo contar a los que la interrogaban nada de lo que había pasado. No había ninguna señal de Miranda, Irma, Marion y miss McCraw.

Al llegar la noche, los dos adultos decidieron reunir a las chicas que quedaban y volver al colegio. A la vuelta, se detuvieron en la comisaría de Woodend, donde Hussey informó de lo acontecido al agente Bumpher.

Al día siguiente, domingo, se inició una búsqueda activa de las mujeres que faltaban. Se pensaba que las muchachas y su maestra simplemente se habían perdido en el bosque, y la policía alistó a una serie de voluntarios, entre los cuales se hallaban Mike Fitzhubert y Albert Crundall, para buscarlas en la roca. Esta no fue tarea fácil, puesto que Hanging Rock es una zona traicionera, repleta de cuevas y abismos (tradicionalmente se creía que no tenían fin) cubiertos de espesos matorrales. Al cabo de un día de búsqueda, nada se había encontrado.

Mientras tanto, el médico de Woodend, el doctor McKenzie, examinaba a Edith Horton. Parecía sufrir una leve conmoción y presentaba numerosos cortes, arañazos y magulladuras debido a su carrera entre los matorrales, pero no heridas graves. No podía recordar nada de cuanto vivió en la roca. Sin embargo, a la semana siguiente, el miércoles, fue interrogada por el agente Bumpher, a quien inusitadamente reveló que cuando volvía había pasado cerca de miss McCraw, la cual se dirigía hacia la roca. La vio a cierta distancia, y la profesora no había prestado atención a los gritos de Edith. Además, Edith confesó avergonzada que la solterona, habitualmente tan recatada, vestía de modo indecente: no llevaba falda encima, solamente sus bragas.

La búsqueda continuó durante varios días, mientras la policía interrogaba sistemáticamente a todos los testigos. El joven Michael Fitzhubert parecía ser el más sospechoso en el caso de que se hubiese realizado un acto impúdico, pues él había sido la última persona que había visto a las chicas y admitió que había empezado a seguirlas. No obstante, no había ningún otro indicio de que él hubiese sido el responsable de la desaparición de las muchachas y, posiblemente debido a la presión ejercida por los influyentes Fitzhubert, la policía abandonó esta parte de la investigación.

El jueves siguiente a la excursión, la policía recurrió a un rastreador aborigen y a un sabueso. Tras haber olido ropa de miss McCraw, el sabueso siguió una pista que ascendía por la roca; luego se detuvo, con los pelos de punta y gruñendo durante casi 10 minutos, en una plataforma circular a medio camino de la cima; sin embargo, no encontró ninguna pista tangible. Convencida de que nadie podría haber sobrevivido durante tan largo tiempo en la espesura de los matorrales, la policía decidió abandonar la investigación.

Al día siguiente, viernes, Mike Fitzhubert y Albert Crundall decidieron investigar por su cuenta. Al final del día, sin haber encontrado nada, Mike decidió pasar la noche en la roca.
Albert volvió a la residencia del coronel Fitzhubert para excusar a Mike. A la mañana siguiente, cuando volvió a la roca, siguió el rastro de Mike y lo encontró inconsciente, con una insolación y un tobillo gravemente torcido. Mike fue llevado a casa y visitado por el doctor McKenzie; aquella noche Albert encontró en un bolsillo de Mike una nota escrita con precipitación y que, pese a su incoherencia, reflejaba que Mike había encontrado algo en la roca. En la mañana del domingo se llevó a cabo otra investigación y, con gran sorpresa por su parte, los buscadores hallaron a Irma Leopold.

¿Surgida De La Nada?

Mike Fitzhubert y Albert Crundall. Una teoría plausible en torno a la desaparición de las muchachas sugiere que los jóvenes podrían haberlas raptado.
Estaba inconsciente. Sufría varios golpes y pequeños cortes en la cabeza, y las uñas de sus manos estaban rotas, pero por otra parte no parecía muy afectada después de haber pasado más de una semana en el bosque: sus pies, descalzos, estaban limpios y sin marcas. Lo más extraordinario de todo era que le faltaba el corsé, pero no habían abusado sexualmente de ella. Cuando recobró el conocimiento, no podía recordar nada de lo que le había sucedido.

Y aquí acaba la historia. Irma no pudo decir nada de lo que le había ocurrido; Miranda, Marion y miss McCraw no serían vistas nunca más. Como consecuencia del episodio, las alumnas del colegio Appleyard fueron cambiadas de colegio, y aquél fue clausurado. Unos meses más tarde, mistress Appleyard se dirigió a Hanging Rock y subió sola. Su cuerpo fue hallado posteriormente al pie de un precipicio.

El misterio de Hanging Rock ha suscitado infinitas especulaciones. Para quienes no estén dispuestos a aceptar una explicación paranormal, existen dos posibilidades. Las chicas pudieron haberse perdido y muerto en la roca debido a las condiciones climatológicas. Sus cuerpos pudieron permanecer escondidos en la maleza al pie de un risco, o en una cueva donde pudieron haber caído, hasta ser devorados por los animales, insectos y bacterias (lo cual sucede bastante a menudo en el bosque australiano). La amnesia de Edith podría deberse a la histeria o a una caída; la de Irma, a la traumática experiencia de quedar separada de las demás y sobrevivir sola una semana. El corsé se lo debió de quitar para moverse más libremente (ésta pudo ser también la razón por la que miss McCraw se desprendió de su falda).
La segunda posibilidad es que las muchachas fuesen víctimas de algún crimen. Se ha sugerido la teoría de que Mike Fitzhubert y Albert Crundall pudieron haber raptado a las muchachas (después de asesinar a miss McCraw) y mantenerlas escondidas en las tierras del coronel para satisfacer sus deseos sexuales. Marion y Miranda, o bien murieron a causa de las lesiones sufridas, o fueron asesinadas; Irma debió de salvarse por azar. Desarrollando esta hipótesis, Mike pudo haber sido un pervertido sexual al que su familia hubiera enviado a las colonias para deshacerse de él; pero toda esta teoría se viene abajo por el hecho de que Irma siguiese siendo virgen.
Otra teoría es que las chicas fueron capturadas por un OVNI, para to cual la roca debió de haber actuado como base intergaláctica, al igual que la Torre del Diablo de Wyoming en la película "Encuentros en la tercera fase" (1977).
Las demás teorías son menos sostenibles. Se ha sugerido que las chicas fueron misteriosamente atrapadas por un vehículo espacial. Ciertamente, la roca es lo suficientemente peculiar como para servir de faro intergaláctico, como la Torre del Diablo que aparece en la película Encuentros en la tercera fase (1977). La presencia de un OVNI podría explicar el hecho de que los relojes se parasen. Cuando Edith contaba que había visto a miss McCraw, dijo que había. percibido una misteriosa nube rosa hacia aquella hora; ¿es esto una prueba de que pudiese haber extraños objetos volantes en el espacio?

Otra teoría es que las muchachas pudiesen haber realizado algo así como un viaje en el tiempo, en el que se trasladaron a otra época pasada o futura. Esta teoría queda muy relacionada con la nube rosa, pues Christian Doppler y Albert Einstein sugirieron que los cuerpos que desaparecían de la vista a una velocidad tremendamente elevada adquirían un tono rojizo que la vista percibía: una distorsión del espectro de la luz. La nube rosa podría haber sido la desaparición de miss McCraw a enorme velocidad viajando a través del tiempo.

Otras ideas son que las chicas se introdujeron en un universo paralelo, o que las propiedades originarias de la roca absorbieron misteriosamente a las víctimas, teoría que la película Picnic at Hanging Rock, con su angustiosa visión del paisaje australiano y su afirmación de la roca como un gigantesco símbolo fálico, parecía favorecer.

Así pues, ¿qué sucedió exactamente en aquel lejano día de San Valentín?
Los impresionantes despeñaderos de Hanging Rock se cobraron una víctima más cuando, según la novela y la película, la directora del colegio subió sola a Hanging Rock y se tiró desde arriba.
Gran parte de la historia de Hanging Rock está basada en la novela de Joan Lindsay Picnic en Hanging Rock (1967). Pese a que ésta es una obra de ficción, su creadora obviamente desea que sus lectores la tomen por una historia real. En el prefacio, la autora dice: «Si se trata de una realidad o de una ficción, mis lectores deben decidirlo por sí solos.» Al final del libro hay una larga cita, aparentemente extraída de un periódico de Melbourne, en el que se describen los rasgos más importantes de la historia. Otras circunstancias han contribuido a engañar a los investigadores. Todos los lugares mencionados en la historia existen, incluido un colegio para señoritas en Woodend. Los hermanos Hussey dirigían unos almacenes cerca de Woodend, y un tal doctor McKenzie trabajaba en las proximidades a finales del siglo XIX. Sin embargo, hoy en día no pueden hallarse referencias a las desapariciones.

De hecho, el día de San Valentín de 1900 cayó en miércoles, no en sábado. El colegio para señoritas (llamado Clyde College) fue inaugurado en 1910 en un suburbio de Melbourne, y no pasó a Woodend hasta 1919. Ni el periódico local, el Woodend Star, ni los dos diarios de Melbourne, el Age y el Argus, hablaron de las desapariciones en febrero de 1900, ni tampoco en años anteriores ni posteriores. La cita periodística del final de la novela dice que Irma fue entrevistada varias veces por la Society for Psychical Research: dichas entrevistas no han podido ser localizadas.

Ante esta falta de pruebas, Joan Lindsay se mantiene inquiétantemente enigmática. En una entrevista con un periódico de Melbourne, en 1977, se le preguntó sin reservas:

«¿Es su novela una realidad o una ficción?» «Para mí, ésta es una pregunta imposible de contestar -replicó-. La realidad y la ficción están íntimamente relacionadas.»

De cualquier manera, poco parece importar si la historia es verdadera o no. Parece haber pasado ya a formar parte de la mitología moderna. La gente que ha leído el libro o ha visto la película asegurarán que los acontecimientos descritos sucedieron en realidad. Al parecer, la historia ha cuajado perfectamente en el inconsciente colectivo australiano.



FUENTE: MUNDO PARANORMAL

jueves, 5 de septiembre de 2013

La última invasión incorrecta


Una desordenada y entusiasta manada de bandas tuvo su bautismo discográfico cuando un pequeño sello independiente lanzó la idea.  Algunos de los protagonistas de aquella historia que ya está incorporada en los libros de la buena memoria rockera argentina, cuentan cómo y por qué fue lo que fue.


¿Cuál es la sustancia con que se construye un mito? En el caso de Invasión 88, el primer compilado punk de la historia rockera local, la materia inicial fue el vinilo. Transparente, para más datos. Pero también hubo adrenalina, ideología, rabia, sudor, broncas, algo de sabor a gloria y una tapa que está entre las mejores que parió el rock vernáculo: una obra de Mosquil al estilo de los fanzines ingleses, que se adelantó varios años a la estética de Spawn.

División autista.

Una década más tarde, con el punk ya mayor de edad -21 años desde el estallido del ‘77-, el sello Malasaña prepara una segunda invasión (ver recuadro). Y sólo dos de los grupos incluidos en aquel compilado gozan de buena salud: Attaque 77 está en Los Angeles, grabando su noveno disco, y Flema se apresta a darle forma al cuarto. Las otras bandas se disolvieron sin demasiado suceso. Pero el testimonio de su efímera -aunque esencial- existencia quedó documentado en un disco al que no le queda mal el calificativo legendario. O algo así.
El año era 1988. Llegaban al país Iggy Pop y la gira de Amnesty, con Sting, Peter Gabriel y Bruce Springsteen. Pero la primavera alfonsinista era sólo un recuerdo: reinaba un invierno austral, sacudido por los levantamientos armados de Aldo Rico y sus secuaces. En ese momento hostil apareció un sello discográfico independiente, Radio Trípoli, liderado por dos jóvenes veteranos en trajinar la escena punk: Walter Kolm y Sergio Fasanelli. Empezaron editando los simples de Comando Suicida, Massacre Palestina, Sentimiento Incontrolable y Perfectos Idiotas. Fasanelli, conocido en el ambiente como Chuchu, había sido baterista de Comando, la banda más importante del hoy casi oculto movimiento skinhead, y fue a quien se le ocurrió que no sería mala idea lanzar un LP que agrupara bandas punk que habían desaparecido sin dejar testimonio grabado (como Los Laxantes y Los Baraja) junto a otras que recién salían a la luz. Aunque no lo sabían, Fasanelli y Kolm habían dado con la gallina de los huevos de oro, con el disco que les permitiría imponer el sello para el que luego grabarían Los Auténticos Decadentes, Memphis, Attaque 77 y Los Visitantes, entre otros.

Los laxantes

Invasión 88 se presentó con un festival punk realizado el viernes 16 de diciembre de ese año, en Cemento, en el que tocaron todas las bandas incluidas en el compilado. “Se hicieron unas tres mil copias en vinilo y se vendieron todas. En el ‘94, hice una reedición de trescientos CD bajo el sello Discos Milagrosos y también desaparecieron enseguida”, recuerda Fasanelli. Hoy Chuchu, ya disuelto Trípoli, es encargado de marketing estratégico en la multinacional Universal (cuya filial argentina preside hoy su antiguo socio Kolm). Hoy, una copia del vinilo en buen estado se cotiza en unos 50 pesos, mientras que una del CD ronda los 30. “Las bandas que entraron en el disco eran las únicas que había. Creo que sólo quedaron afuera Mal Momento y Cadáveres de Niños”, asegura Fasanelli. En realidad, Cadáveres se negó a participar del compilado debido a la inclusión de Comando Suicida. Y no fue ese el único inconveniente que originó la presencia del grupo skinhead. Gamexane, guitarrista de Todos Tus Muertos, había sido parte de Los Laxantes, disueltos en 1983. El fue quien se encargó de masterizar Invasión 88: “Los temas de Los Laxantes que aparecieron en la edición de vinilo los habíamos grabado en la cocina de Félix (Gutiérrez, actual bajista de TTM) y cuando Chuchu me los pidió me pareció bien que estuvieran. Pero después me di cuenta de que en el disco estaba incluido Comando Suicida, que era una banda violenta, que estaba en la vereda de enfrente. Por eso, además de porque me peleé con Chuchu y Kolm, nuestras canciones no salieron cuando se reeditó en CD”.
Además de Los Laxantes, la otra banda punk de comienzos de los 80 que permanecía inédita hasta publicarse Invasión 88 era Los Baraja. “Yo me desilusioné mucho del punk -.memora Marcelo Montolivo, guitarrista de aquel grupo y hoy líder de Medusa-, porque pensaba que iban a serpersonas que pensarían diferente. Y al final fue lo de siempre: estaban todos borrachos, tirados, pensaban que el punk era romper todo, emborracharse, pelearse, no bañarse... Y para mí era otra cosa, quizás una muy utópica y hasta tonta vista desde hoy, que era la idea de cambiar el mundo, como en el tiempo del hippismo o la psicodelia. Los temas de Los Baraja salieron en el disco porque Chuchu me los pidió. Yo no comulgaba con el punk del 88, no estaba dentro de ese movimiento y me parecía que ya había pasado.”

Comando suicida.

La edición en vinilo de Invasión 88 venía acompañada de un libro, que abría con una suerte de manifiesto de lo que se entendía como ideología punk. Pero la mayoría de las bandas que participaban del disco ni siquiera estaban enteradas de qué se trataba todo eso. Claudio Fernández, de Malasaña, recuerda que en esa época había dos tribus bastante diferentes: “Estaban los anarco-pacifistas y los anarco-quilomberos. Los primeros tenían espíritu militante, letras politizadas, y se resistían al capitalismo y la represión policial. Los otros pensaban que todo eso era muy cansador: había que leer, algo muy difícil cuando uno está escabiado o de pastas. Fueron estos últimos los que grabaron Invasión 88. El disco cuenta sólo una parte de la historia, pero es representativo de lo que se vivía en aquellos días”. “Aquel disco fue importante para abrirle la cabeza a la gente respecto a otro tipo de rock -.asegura Fasanelli-. A mí no me importaba todo lo ideológico que aparecía en el librito, por eso en la reedición no lo incluí. A mí me gusta hacer discos, es mejor que trabajar de ascensorista. Y los he hecho, desde Comando Suicida a Bersuit, sin preocuparme de lo que piensa cada banda.”
Casi todos los entrevistados coinciden en que, a medida que crecieron, la “adrenalina adolescente” del punk rock se fue diluyendo dentro de ellos. Y según Fernández, si el ambiente punk ya no es el mismo no se debe al devorador monstruo capitalista de las compañías multinacionales ni a la represión policial (siempre activa, eso sí): “Muchos se casaron, se compraron un coche cero kilómetro y una corbata. No fue el sistema el que los cambió, sino una concha”.

PRODUCCION Y TEXTOS:
ROQUE CASCIERO
PABLO PLOTKIN


 Attaque 77 vistos por sí mismos

LOS CHICOS CRECEN
Attaque 77
Attaque 77 apareció como la promesa de Invasión 88. Y la promesa, diez años después, se ha hecho realidad. Sin embargo, cuando aquellos pibes se juntaban a ensayar, ni siquiera les pasaba por la cabeza llegar a... hacer un recital. Después de conocer el éxito masivo, el olvido y la resurrección, Ciro y compañía están grabando en estos días su noveno álbum en Los Angeles. Antes de subirse al avión, confesaron que ni siquiera tienen una copia del compilado. Otro dato: en Invasión 88, el cantante era Federico Pertusi, hermano de Ciro (quien tocaba el bajo). “Pero en Sola en la cancha canto yo, porque el tema era muy reciente y Federico no lo tenía muy bien. En aquel tiempo teníamos la voz muy parecida, pero ahora él canta mi re alto”, recuerda el ahora vocalista, quien además aparece en ese rol en los temas de Defensa y Justicia, una banda pasatiempo que compartía con Mariano. “En Defensa jugábamos a hacer música como Exploited. Y nos salía re lindo. Antes de ser Attaque 77, mientras tocábamos sólo en la sala de ensayo, en joda nos llamábamos Namores, por Ramones y por el príncipe Namor... Nos causaba gracia eso. Cuando pintó la de tocar, como nuestra música no era sólo Ramones sino que tenía mucha influencia de la new wave, le dimos el nombre de Attaque 77”.
-¿Cómo fue la conexión con Radio Trípoli?Mariano: -Nosotros habíamos grabado un casete en un par de ensayos de cada banda y lo habíamos dejado en algunas disquerías. Ellos lo escucharon y les gustó Defensa y Justicia: estaban encaprichados con sacar el disco de esa banda. En un show de Defensa en Gracias Nena, ellos fueron y nos hablaron de que estaban sacando los discos simples de Comando Suicida, Sentimiento Incontrolable. Nos ofrecieron salir en el compilado y nosotros les dijimos que pusieran también a Attaque, pero ellos no querían saber nada. Después estuvieron persiguiéndonos un año más para que grabáramos el disco de Attaque, porque nosotros mucho no queríamos. Pero nos invitaban a comer, nos traían bebidas todo los días... y nos convencieron (risas).
Ciro: -Me acuerdo de que la primera vez que escuché un tema de Attaque por la Rock & Pop fue porque le alcancé un casete a Gabriela Radice, como hacen todos los pibes. La mina me dijo que tenía que llevar una gacetilla, pero yo no sabía ni qué quería decir esa palabra y al final se quedó con el casete. Estuve tres días escuchando con una radio a pilas que tenía, mientras mi hermano y yo pintábamos la casa a la que nos habíamos mudado. Tenía una ilusión muy de pendejo de que iban a pasarlo. La cosa es que la radio se estaba quedando sin pilas y en un momento que dejé de lijar las paredes escuché muy bajito: “Vamos a pasar un tema que está buenísimo, de una banda que se llama Attaque 77”. Pasaron el tema de Boca y en la mitad se terminaron las pilas... (risas).
-¿Se ven con la gente de esa época?Mariano: -Sí, con algunos. En ciertos casos, uno no se explica cómo siguen vivos. Soy muy amigo de Nanxy y de Patra, de Exeroica, también la seguimos viendo. En Conmoción Cerebral estaba Pablito, que ahora es peluquero. El Chino (que después tocó en Attaque) no sé qué hace, Vecino da clases... Marcelo Pocavida (de Los Baraja) está en una banda con algunos ex Alerta Roja...
Ciro: -Nos vemos también con gente del público. Me acuerdo de que una vez íbamos a tocar en un festival punk, pero la policía lo suspendió y fuimos todos en cana. Y había un pibe al que le decían Lakra, que cuando lo subieron al patrullero, al toque se bajó por la otra puerta y se fue. Era gente brava. Hace poco me lo encontré: el pelo largo, bien cuidado, una refacha, una supermoto y con una supermina atrás. Me contó que estaba laburando de tour manager de un folklorista y nos reíamos todo el tiempo, por cómo cambia todo: yo en un grupo conocido, él con semejante mina. Una masa. Eso demuestra que crecimos.

 

Flema ‘88, en palabras de Ricky
FUE PERFECTO

A las cuatro de la tarde, Ricky Espinoza todavía no almorzó. Camina hasta el bar más cercano y considera por un momento el clima del local. “No, acá hay demasiada gente linda”, sentencia. Entonces la entrevista se traslada a la otra cuadra, a un bar casi vacío, mal iluminado y con mesitas de madera opaca. Ahora sí el cantante de Flema se siente cómodo para hablar. No hay gente linda.
-¿Cuánto hace que no escuchás Invasión 88?-Hace poco escuché una grabación que tenía un amigo en casete, pero el vinilo lo vendí hace más de cinco años, en una época que andaba muy mal de plata: ese disco cayó entre algunos otros. Hace unos meses lo volví a comprar, pero no pude escucharlo porque no tengo bandeja. Sé que salió también en compacto.
-¿Cómo te sonó Flema cuando lo volviste a escuchar?-Perfecto. Aunque me acuerdo que éramos los que peor sonábamos, los menos profesionales, pero tenía que ser así. Siempre rescato el espíritu y no la pompa del sonido alucinante. Yo tocaba la guitarra en esa época, y tenía un pedal beat sound, que era el único pedal de distorsión que existía en aquella época. Era un cuadrado así que lo enchufabas y te sonaba una cosa trrrrffffff!!!!. Además, hacía recién un año que existía Flema.
-Entonces a la banda le sirvió participar en el álbum, ahí saltaron al ring...-Sí, aunque nunca cobré un peso por Invasión 88, fue una suerte entrar porque nos dio un gran empuje. Gracias a ese disco me hicieron el primer reportaje, en la Pelo. Ahí empezó la leyenda del descontrol, porque yo tenía ganas de hacer pis, me daba vergüenza pedir ir al baño y me eché un cloro por el balcón. Esas cosas me perjudicaron a nivel personal pero beneficiaron a la banda como promoción extremista.
-¿Qué diferencias hay entre aquel Flema y éste, que va a formar parte de Invasión 98?-Estamos aprendiendo a afinar. Ahora tenemos un guitarrista que tiene un afinador, estamos llegando al 2000. No ensayamos porque es aburrido robotizarse, y yo quiero tocar los temas con ganas. En los últimos nueve meses ensayamos dos horas, para tocar en vivo.
-¿Creés que había una ideología definida atrás de Invasión 88?-Yo cuando vi la lista de bandas y leí el editorial que había escrito Helmostro Punk, recién ahí me di cuenta de la ideología del disco. Me dije “¿yo formo parte de esto?”. No sabía nada de todo eso. Yo había formado una banda que hacía punk porque no sabíamos tocar. No me quiero alabar, pero nosotros empezamos a hacer punk sin haberlo escuchado jamás. Aparte, ahora veo los que hicieron el disco y son grandes yuppies de la industria musical.
-En el disco había bandas anarquistas, fascistas, nihilistas. ¿Qué era Flema en ese entonces?-Nosotros, con la gente de Enema y otras bandas, éramos anarcoquilomberos. Era la época en que nos pintábamos las ojeras de negro. Yo había empezado a tocar la guitarra porque quería que mi cara apareciera en la tapa de un disco. Y ahora no quiero más nada.


miércoles, 4 de septiembre de 2013

Padre Francisco



 Padre Francisco 
No les preguntes lo que piensan sobre Cristo 
Tienen otra preocupación 

Padre Francisco, 
Te han agregado un nuevo clavo al crucifijo 
Para olvidarlo en pared 




Pan y trabajo 
De que milagros habla usted? 
Techo y debajo 
Le tierra donde cultivar 
La razón y la fe 

Padre Francisco, 
Habrá que multiplicar panes para el pueblo 
De lo contrario no habrá Dios 

Alce sus manos para invocar la protección de los hermanos 
Cuyo pecado fue nacer sin control ni calor 

Padre Francisco, 
No le preocupe que lo llamen comunista 
Con estandartes y altavoz 

Padre Francisco, 
Salga por Cristo a predicar 
Una justicia mas audaz 

Ya no habrá calma 
Háblele al alma 
Del pueblo en pie 

Se necesita tanta fe 
Seas usted capaz

martes, 3 de septiembre de 2013

Noam Chomsky: "Obama está ejecutando la mayor operación terrorista de la historia"

La Casa Blanca "se dedica a aumentar el terrorismo" en todo el mundo a través de sus "ataques terroristas" con 'drones' en el extranjero, según el destacado académico estadounidense Noam Chomsky.



Hablando con la cadena estadounidense Free Speech TV sobre la política exterior de la Casa Blanca, el filósofo, lingüista y activista estadounidense Noam Chomsky afirmó que "la Administración de Obama se dedica a incrementar el terrorismo y lo hace en todo el mundo". "Obama está ejecutando tal vez la mayor operación terrorista de la historia: los asesinatos con aviones no tripulados solo son una parte de ella […] Todas estas operaciones son de terror […] porque aterrorizan a los locales".

"Se están generando las operaciones más terroristas", dijo Chomsky. "La gente reacciona" cuando pierde a un ser querido en un ataque aéreo estadounidense, agregó. "Ellos no dicen: 'Bien, no me importa si mi primo fue asesinado'. Se convierten en lo que llamamos terroristas. Esto lo comprenden en el más alto nivel".

Recordó el reciente testimonio ante el Congreso de un hombre yemení llamado Farea al-Muslimi, que denunció que un solo ataque de 'drone' logró "radicalizar" a todo su pueblo contra Estados Unidos.

"La gente odia el país que la aterroriza", concluyó Chomsky. "Eso no es una sorpresa. Es la forma en la que las personas reaccionan a los actos de terror".

Fuente: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/98075-chomsky-obama-operacion-terrorista