Coopertoners

viernes, 20 de diciembre de 2013

La droga mas potente y destructiva en la actualidad



Todo empezó hace un par de meses, cuando un video que mostraba a una mujer completamente fuera de sí, supuestamente bajo la influencia de una droga desconocida, se volvió viral. “Krokodil, la nueva droga mortal” o “La droga que te convierte en zombi” fueron frases que leímos una y otra vez al tiempo que miles de imágenes morbosas de cuerpos gangrenados inundaron la red. Así nació una enorme farsa mediática alimentada de "bombazos" informativos plagados de exageraciones y datos falsos.
De acuerdo con la U.S. National Library of Medicine, biblioteca especializada en información de toxicología, salud, medicamentos y productos para el hogar, el krokodil es una mezcla de sustancias tóxicas y corrosivas en su mayoría: desomorfina, codeína, yodo, gasolina, ácido clorhídrico, líquido de encendedor, codeína y fósforo. Su principal ingrediente, la desomorfina, es un elemento químico de bajo costo que puede ser "cocinado" fácilmente en casa a través de un proceso similar al de las metanfetaminas.
La mezcla resultante es inyectada para producir en el usuario sensaciones, que según los especialistas, superan en intensidad al orgasmo.
El primer caso registrado de uso de krokodil se presentó en 2003 en Rusia, un país donde las leyes son especialmente duras con respecto al consumo de sustancias nocivas para la salud. Allí los jóvenes buscan químicos que se comercialicen libremente, como la codeína, que se puede encontrar en jarabes expectorantes, analgésicos y sedantes, de venta en cualquier farmacia. Al ser "cocinada" se vuelve de 8 a 10 veces más potente que la morfina.

 

Son varios los factores que agravan los efectos de la droga, entre ellos que el high (la euforia) dura muy poco y el adicto siente la necesidad de consumir casi de manera inmediata una segunda dosis. También intervienen la malnutrición de los consumidores, la contaminación de los materiales y las condiciones poco higiénicas del entorno. Esta droga es consumida principalmente por grupos marginados con un nivel socioeconómico bajo, quienes viven en condiciones muy pobres de higiene. Una vez que inicia el consumo, el usuario tiene una esperanza de vida de tan sólo dos o tres años.

Fuente: Terra

viernes, 13 de diciembre de 2013

El pasado revolucionario de Nelson Mandela


Aficionado al boxeo desde su juventud, Nelson Mandela decidió cambiar de estrategia política después de lamatanza de Sharpeville el 21 de marzo de 1960, cuando la policía del régimen racista de Pretoria ordenó disparar contra una manifestación anti-apartheid. Murieron 69 personas, incluidos mujeres y niños y otras 180 resultaron heridas. Por supuesto, todas las víctimas eran sudafricanos negros. Nelson Mandela realizó una llamada a la lucha armada y participó en la creación del brazo militar del CNA, que se llamó “Lanza de la Nación” (Umkhonto We Sizwe). Su modelo fue el Irgun, la organización paramilitar sionista que el 22 de julio de 1946 hizo volar por los aires el Hotel Rey David en Jerusalén, sede del alto mando de la policía y el ejército ingleses. El atentado costó casi 100 vidas, pero la Corona comprendió que no podría retener Palestina entre sus colonias, fomentando las querellas entre árabes y judíos y recurriendo a la horca para castigar a los responsables de la resistencia.
Mandela ordenó una campaña de atentados contra edificios del gobierno sudáfricano, aceptando “las inevitables bajas que se producirán en el calor de la batalla”. Detenido, procesado y condenado en 1964, fue encarcelado en la durísima prisión de Robben Island, convirtiéndose en elprisionero 466/64. Estados Unidos incluyó el ANC en lalista oficial de organizaciones terroristas, donde permaneció hasta 2008 y Amnistía Internacional nunca reconoció a
Mandela como preso de conciencia, lo cual no impidió que en 2006 le nombrara “embajador de la conciencia”. En Robben Island, Mandela sólo podía recibir una carta y una visita cada seis meses. Dormía sobre una esterilla en una pequeña celda, recibía una ración de comida inferior a la de los prisioneros de otras etnias y realizaba trabajos forzados en una cantera de cal durante 12 horas al día. En 1982, fue transferido a la prisión de Pollsmoor para neutralizar su influencia entre los líderes de una nueva generación de activistas. Le trasladan con Walter Sisulu y otros dirigentes del ANC.

En 1983, el ANC realiza su primer atentado con coche bomba contra el Cuartel General de la Fuerza Aérea de Pretoria. Murieron 19 personas y 200 resultaron heridas, civiles y negros incluidos. Mandela deploró la pérdida de vidas inocentes, pero consideró que el objetivo era legítimo: responder a la matanza de Maputo (13 asesinados en las oficinas del ANC) y Maseru (42 víctimas, entre las que había cinco mujeres y cinco niños), ambas organizadas por el gobierno de Pretoria. En 1985, el Presidente Botha le ofrece la libertad a cambio de su renuncia pública a la lucha armada, pero Mandela le contesta que “un hombre privado de libertad no puede negociar ni aceptar tratos”. Añade que le parecería “vergonzoso” aceptar la oferta, mientras su pueblo “sigue soportando torturas, asesinatos y odiosas discriminaciones”.

¿Por qué se insiste en ocultar que Nelson Mandela se implicó en la lucha armada contra el Apartheid? ¿No es una obscena forma de manipular la verdad y ocultar que –en determinadas circunstancias– la violencia institucional sólo puede ser combatida con una resistencia armada?

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Piratería for all


Si bien muchos usuarios y melómanos consumidores de música, a esta altura ya desconfían bastante de lo que repiten las campañas “anti-pirateria”, todavía persisten varias falsedades e inexactitudes que se han convertido en cliché, y se repiten con total impunidad cada vez que se habla de file sharing: que el derecho de autor beneficia a los artistas en general (cuando sólo beneficia, con suerte, a uno de cada cien), que las redes P2P perjudican a los músicos, cuando en realidad les ayuda a ganar dinero, y que el intercambio en internet perjudica el negocio, cuando en realidad la producción de obras aumentó como nunca desde la masificación de red (y en plena crisis económica mundial).
Para obtener información equilibrada y rigurosa del tema, y no sólo propaganda, que mejor que leer lo que dicen los mismos músicos y algunos expertos que estudiaron el tema con detenimiento, en varias universidades.

Por favor, pirateen mis canciones

Ignacio Escolar es periodista, blogger y músico español. Su nombre se hizo especialmente conocido en el ambiente copyfight allá por 2001, luego de publicado su post —a esta altura todo un clásico—“Por favor, pirateen mis canciones”. En el artículo, con claridad memorable, relata el punto de vista de un músico real sobre “el problema” del intercambio de archivos: Mi grupo ha vendido, por los pelos, más de 10.000 copias de su primer LP y Cada año salen 32.000 discos nuevos al mercado en todo el mundo y sólo 250 convencen a más de 10.000 compradores. Apenas el 0,7% de los músicos que han presentado disco el año pasado (la gran mayoría no llega siquiera a grabar) es más afortunado que yose pensarán que nado en dinero. O que, por lo menos, vivo dignamente de mis habilidades musicales. ¿Cuánto cobra el 0,7% con más suerte de su profesión?. Escolar confiesa, el ingreso de un músico que ha vendido 10.000 discos —y está entre el 0.7% más privilegiado de los que han grabado disco— asciende a… ¡77 dólares por mes!, cifra que surge de dividir el total de 2.800 dólares ganados por los tres años de esfuerzos en poner su LP en las tiendas. Sin embargo, otra es la historia cuando se sacan las cuentas con las presentaciones en vivo: en ese negocio, el músico tiene una oportunidad de ganar mucho más dinero que con los discos. En un rango de 100 a 300 dólares por presentación, según precisa Escolar, está claro que con un sólo concierto al mes, el músico puede ganar más del doble de lo que recibe por los discos Como todos los músicos que hayan hecho las cuentas, sé que son más rentables 100.000 fans piratas que llenen mis conciertos a 10.000 originales.
Este lamentable panorama económico que la industria discográfica reserva para los músicos, no es la excepción, es la norma en todo el mundo. Según el informe de 2009 de Nielsen Report citado porBillboard sólo el 2% de los albumes editados en Estados Unidos vendieron más de 5000 unidades.Una investigación difundida en techdirt.com indica que de cada $1000 dólares ganados, el músico se queda con… $23!.
Debe agregarse además, que frecuentemente el músico deberá destinar su porcentaje a cubrir ciertos costos de los cuales la discográfica se desentiende. Y esto corre también para las bandas que venden muchos discos y tienen más fuerza para negociar: como describió Courtney Love en su famoso discurso dado hace ya más de 10 años, en la “Digital Hollywood Online Entertainment Conference”: de los dos millones de dólares ganados por las regalías de la venta un millón discos, la banda deberá gastarlos en pagar la grabación del disco, las deudas por promoción, y un sinnumero de gastos, de tal forma que su ganacia neta termina siendo… ¡cero!, aunque la industria, lógicamente, se lleva varios millones…
Courtney arrancaba su conferencia así: Hoy voy a hablar sobre piratería y música. ¿Que es la piratería? Piratería es el acto de robar el trabajo de artista sin ninguna intención de pagar por él. No estoy hablando acerca de un software al estilo Napster. Estoy hablando sobre los contratos de grabación de los principales sellos discográficos. Es por esto que estrellas como Lyle Lovett, que vendió 4.6 millones de copias, o la banda “30 Seconds to Mars” que ganó un disco de platino… nunca vieron un centavo por la venta de sus discos. ¿Qué queda para los que no son famosos? Evidentemente la razón por la cual los músicos acceden a condiciones tan poco convenientes, es la posibilidad de cubrir los costos de grabación de un disco, y obtener difusión. El dinero, como todos saben, proviene de los conciertos, no es una novedad del P2P.
(Sin embargo, nadie parece rasgarse las vestiduras por esta forma de ganar dinero a costa de no dejarle nada de ganancia a los músicos, por el contrario, servilmente muchos artistas sólo se dedican a defender un negocio del que no reciben prácticamente paticipación.)

¿Reemplazo o promoción?

Hasta la aparición de internet, el valor estratégico de la industria discográfica para el músico no era sólo la posibilidad de grabar un disco y (quizá) ganar dinero con el contrato y los derechos. Firmar con un sello importante significaba promoción: entrar a rotar en las radios, aparecer en publicidades porTV, ingresar al circuito de las notas y entrevistas pautadas en medios especializados, etc. En definitiva, excepto para algunos géneros musicales que dependen del mecenazgo, la posibilidad de ganar dinero con la música está relacionada directamente con lo conocida que sea la obra del músico entre el público, y los únicos que podían conseguir eso eran las discográficas. Hasta que llegó internet…
Lo que Nacho Escolar ha observado en su artículo, sobre la conveniencica de la difusión “pirata”, no es otra cosa que el llamado “efecto promocional” del file sharing, es decir, cuando los usuariosgratuitamente se encargan de hacer lo que antes hacia la publicidad de la discográfica, y a través de la copia y recomendación, por p2p o descarga directa, difunden a su artista favorito y lo hacen más conocido. Sin embargo, en el discurso de la industria, dicho efecto nunca es mencionado. Sólo se insiste sobre el “efecto reemplazo”, que es cuando un usuario no compra un disco que si habría adquirido, si no lo hubiera podido descargar de la red.
Sin embargo ¿qué es más fuerte? el “efecto reemplazo” o el “efecto promoción”. Ahi está el corazon del problema. Lo estudiaron en la universidad de Harvard, pero paciencia, ya llegaremos.

Del vinilo al CD

En pleno apogeo de Napster, en verdad, los números de las discográficas eran desastrosos. Lógicamente el “culpable” para la industria era el nuevo actor de la “distribución musical” que había emergido de la red, y los negligentes usuarios que ripeaban los CDs al formato mp3.
Seung-Hyun Hong es un egresado de Stanford, y en 2004 publicó un paper titulado “The Effect of Napster on Recorded Music Sales: Evidence from the Consumer Expenditure Survey” (que luego se convirtió en su tesis de doctorado). Después de estudiar los datos relevados por el “Consumer Expenditure Survey” —un organismo gubernamental que releva datos sobre consumo en Estados Unidos— concluyó que el “efecto Napster” sólo podría explicar un 20% de la caída de ventas, pero no el 80% restante. ¿Qué estaba pasando entonces? Aquí la explicación que encontró Seung-Hyun Hong: desde los ‘90, con la popularización del “Compact Disc”, los consumidores —durante varios años— se empeñaron enreemplazar sus viejas colecciones de discos de vinilo, por el nuevo formato. La época de la aparición de Napster coincidió con el agotamiento de ese período de ventas extraordinarias del CD, entonces ya no quedaban LP para reemplazar y eso explicaba lo pronunciado del descenso.
Algo parecido nos recuerda este diálogo entre Casciari y “el Chiri” en la última orsai:
—Yo me compré Piano Bar en disco de vinilo en el 85. Piano Bar en casete en el 89. Piano Bar en compact disc en el 98. Es decir, lo compre tres veces. Hace cuatro años, cuando el compact disc murió, me descargué Piano Bar de internet.
—Sos un maldito pirata hijo de puta —me dice el chiri— ojalá te metan preso a vos y a toda tu familia ¡le estás sacando la comida de la boca a mucha gente de la industria!

Promoción gratis… o pagada por los usuarios

Hong concluyó que la llamada piratería tenía una influencia 80% menor de lo que decía la industria, sin embargo, para hacer un juicio económico más amplio, hay más factores beneficiosos a considerar.
Según la investigación a cargo de David Blackburn, de la Universidad de Harvard “On-line Piracy and Recorded Music Sales” para su tesis de doctorado, hay dos efectos del file sharing sobre el consumo de música. Se trata de lo que adelantábamos al comienzo: por un lado, un “efecto reemplazo”que provoca una baja de ventas, pero por otro, un “efecto promocional” que las aumenta. Según investigó Blackburn, el primero es más notable para los artistas populares, y el segundo para los menos. Luego de realizar sus estimaciones Blackburn concluye que el efecto global del intercambio de archivos es beneficioso para el 75% de los artistas, que ven incrementadas sus ventas, aunque negativo para la gran industria discográfica, porque afecta negativamente las ventas de los artistas más populares que son quienes más ganancias le generan. Como puede verse, los intereses economicos de la industria y los artistas (si los tomamos en cuenta a todos) no necesariamente coinciden.
Este hecho es particularmente evidente en este otro estudio realizado por el diario británico The Times. Para analizar los efectos reales del intercambio de archivos en el negocio de la música Times tomó datos de la “British Recording Industry Association” (Asociación de la Industria Fonográfica,BPI) y PRS For Music”, una gestora colectiva de derechos británica. Como se ve en el siguiente gráfico, publicado en el sitio de Vía Librelos ingresos de las discográficas disminuyen(naranja), pero aumentan los de los músicos (azul claro). El público gasta más dinero en música en vivo que en comprar discos, lo que beneficia económicamente a los músicos.
Una segunda conclusión que nosotros sacamos de este estudio, y que habría que recalcar, es que si el efecto promocional de las redes P2P es beneficioso para la mayoría de los músicos, ¿quién se encarga de financiar el funcionamiento de esas redes? La respuesta no es complicada: vos. Los usuarios pagan religiosamente su factura de internet todos los meses, ese dinero hace posible la existencia de la red, y hace posible esa estructura de promoción y distribución, que los autores de las obras pueden aprovechar gratis.

Indistinguible de cero

Unos años después que Blackburn, se publicó otro conocido estudioen “Journal of Political Economy” por el profesor Felix Oberholzer-Gee, también de Harvard y Koleman Strumpf de la Universidad de Kansas. Concluyeron que el efecto del file sharingsobre la ventas era “estadísticamente indistinguible de cero”. Este estudio, ampliamente citado, ya en 2004 fue reseñado en el New York Times al difundirse el primer borrador. Entrevistado por el diario el Profesor Oberholzer-Gee daba un ejemplo elocuente de por qué una descarga no implica necesariamente una venta perdida:Digamos que le ofrezco un vuelo gratuito a la Florida, ¿Qué tan probable es que usted decida ir a la Florida?, bueno, es muy probable, porque el precio es cero. Si no hubiera pasaje gratuito, el viaje a la Florida sería muy poco probable, y concluye en el estudio Mientras que las descargas se produzcan a gran escala, la mayoría de usuarios son personas que probablemente no habrían comprado el álbum, incluso en la ausencia de intercambio de archivos.
Recientemente los mismos autores presentaron sus investigaciones en una conferencia en Viena, donde afirman más contundentemente que las redes P2P incluso estimulan el trabajo creativo:Compartir archivos no ha desanimado a autores y editores. La publicación de nuevos libros a aumentado un 66% en el período de 2002-2007. Desde 2000, la publicación de nuevos álbumes se ha más que duplicado, y la producción de películas a nivel mundial desde 2003 ha crecido más del 30%. Afirma que Las descargas y el P2P incrementan el consumo y el precio de bienes complementarios como los conciertos, que generan ingresos directos para los artistas y que En muchas industrias, los incentivos económicos directos juegan un papel muy reducido a la hora de motivar la creatividad.

Cambio de modelo

Debido a los datos aportados por investigaciones como las citadas, es que legisladores y funcionarios del área de cultura de algunos países ya han empezado a considerar positivamente el efecto de las redes P2P como generadoras de riqueza, y a pensarlo dos veces antes de hacer caso únicamente a las voces agoreras que hablan en representación de las discográficas (cuyos datos fueron puestos en duda hasta por la auditoría del Gobierno Norteamericano). El caso de Brasil, es un ejemplo de este cambio de dirección, a partir del proceso iniciado en 2003 con la gestión de Gilberto Gil como Ministro de Cultura (aunque actualmente este proceso quedó bastante estancado, hay mucho interés en que continúe).
En definitiva, si se mide el efecto globalmente, el file sharing es beneficioso para los usuarios, para los músicos, quizás no tanto para las superestrellas (que no son justamente, el eslabón más débil) y beneficioso para “el negocio” en general —si se lo mide integralmente, no sólo el de la venta masiva de discos, también forman parte otros actores como: los fabricantes y vendedores de instrumentos musicales, los institutos de enseñanza, las salas de ensayo, los vendedores de equipos, los locales para presentaciones en vivo, e incluso (según un estudio noruego) los sistemas de descargas comerciales, entre otros.

Uniformidad vs. Diversidad

Como mencionaba el estudio de David Blackburn, el intercambio de archivos beneficia especialmente a los artistas menos conocidos y por tanto favorece la diversidad cultural. ¿Por qué la gran industria en cambio, tiende a la homogeneización? Porque la naturaleza misma del negocio de distribución de música sobre sustrato material (vinilo, casete, cd) es lo que promueve la uniformidad del gusto del público: el negocio de las discográficas es un negocio de escala. La uniformidad permite mayores volúmenes de producción e incrementa lo ganado por cada unidad vendida: un millón de discos vendidos por un sólo artista, generan una ganancia por unidad muchísimo mayor que un millón de discos, pero de mil artistas diferentes, con una tirada de mil discos cada uno (que incluso generan pérdida). Por esta razón, es que el dinero destinado a promoción va directo a lasfiguras que más venden y no a las que más promoción necesitan.
Lamentablemente esta dinamica económica que enriquece a la industria, empobrece la oferta cultural. Hasta antes de internet y las redes P2P no había muchas alternativas a este modelo de distribución de música, ahora las hay, y no son incompatibles con la diversidad. ¿No merecen tener su oportunidad, y el apoyo de la sociedad y sus representantes?.

El 31 de mayo, Mario Pergolini, Eduardo de la Puente, y Gustavo Olmedo le dedicaron a esta entrada un bloque del programa “Cual es?”, que sale por la mañana de Rock And Pop.

AUDIO DEL PROGRAMA


En “Impactos de las nuevas tecnologías en la Industria Musical” de Nicolás Cohnheim, Damián Geisinger y Ernesto Pienika se trazan algunas ideas, de hacia dónde debería evolucionar el modelo de negocio de la industria discográfica: […] Como se plantea en el libro ‘The Future of Music’, con Internet el problema no es más la falta de acceso a los bienes y servicios, sino que el problema es ahora cómo organizar toda esa información que se encuentra libre y a nuestra disposición. En este sentido Varian y Shapiro señalan: «El problema que tenemos hoy en día no es de acceso a la información, sino de sobrecarga de información».
Al reducirse las barreras a la entrada, se abre la posibilidad para que un mayor número de artistas de los más diversos estilos participen de la oferta musical. El problema es que toda esa información que está a nuestro alcance de forma gratuita, no se encuentra lo suficientemente ordenada en la Web, ni cuenta con adecuados sistemas de seguridad, lo cual genera al consumidor algunos costos en materia de costo de oportunidad del tiempo perdido para obtener lo que se desea.
Entonces tal como se plantea en el libro «El Dominio de la Información», la Industria Musical debe apuntar, a la hora de generar mayor valor, a encontrar, filtrar y comunicar la información al consumidor. Esta nueva característica es un pilar fundamental hacia donde deben apuntar los nuevos modelos de negocios, ya que agentes especializados en organizar y clasificar la información pueden ser la salida al problema de cómo generar los ingresos para el desarrollo y la viabilidad de la industria. […]




martes, 3 de diciembre de 2013

El extraño caso de Lady Elwood



El inspector Havilland detuvo su Austin al costado del camino que conducía a Middleford y quedó pensativo. No había dicho a nadie dónde pasaría sus quince días de vacaciones y la idea de retomar el camino hacia Londres se le instaló sólidamente en la cabeza. El tan sólo había prometido comunicarse cada tres días con Scotland Yard, en prevención de algún suceso inesperado, como el retorno del Destripador de Yorkshire, un ataque nuclear soviético o la fuga de un oso del zoológico. Esa franquicia de manejar a su gusto el contacto con sus superiores tan sólo se le concedía a hombres como Emerald L. Havilland, el más eficaz sabueso de las fuerzas de seguridad británicas. "El Detective Invicto" como bien lo había llamado la prensa tras su espectacular esclarecimiento del caso del robo del pony predilecto del Príncipe Andrew.En tanto viraba lentamente el volante, una sonrisa, apretada en torno al cigarro que sostenían sus labios, ensanchó el rostro adusto del inspector: recordaba claramente la densa, profunda, prometedora mirada que le había dispensado Lady Elwood desde lo alto de su palco, días atrás, durante el concierto que brindó la Royal Philarmonic Orchestra. Una hora después, el inspector Havilland, protegiendo su boca y su nariz bajo el abrigo de la bufanda con los colores del Tottenham Hotspur, golpeaba suavemente con su puño enguantado a las puertas de la mansión de Lady Elwood, la riquísima viuda de sir Lewis Norton. Tras unos minutos de espera Havilland repitió el llamado. Finalmente, con la curiosidad propia de la profesión, giró el picaporte comprobando que la pesada puerta estaba abierta. Antes de entrar observó hacia la calle. Nadie lo había visto. El viento y la lluvia eran dos azotes flagelando Newcastle Street.Recorrió un par de salones desiertos y luego comenzó a subir una ancha escalera de madera. En una de las habitaciones superiores halló a Lady Elwood. Estaba sobre la alfombra, caída al lado de su cama en posición poco ortodoxa y presentaba dos heridas profundas en la espalda.Havilland husmeó el aire y luego tomó la medida que separaba la cómoda de la perilla de la luz. Fue hasta el cenicero y recogió dentro de un sobre las colillas de cigarrillos. Se paró en medio de la habitación, cruzado de brazos y mirando hacia los cerrados ventanales. Meneó la cabeza y silbó suave.
- Paul -musitó-. Finalmente lo hizo.
Recordaba el rostro joven e ingenuo de Paul Carpentier, sobrino de la viuda, y las habladurías que de él y su tía se contaban en ciertos cenáculos.
- No debe haber abandonado el país aún -dedujo Havilland-. Tomará el ferry hacia Francia.
Anotó en una pequeña libreta la medida entre la cama y el ropero y constató que la puerta de éste estaba entornada. La abrió. Allí dentro, prácticamente sentado sobre el piso de madera, algo oculto por la profusión de tapados y pieles, se hallaba el cadáver de Paul Carpentier, estrangulado por una corbata de seda italiana azul, con diminutos puntos rojos. Havilland se pellizcó los labios y cerró el ropero. Miró su libreta de apuntes y golpeteó con la base de su lapicera sobre la tapa de la libreta.
- Mannix -silabeó-. Gus Mannix.
No escapaban a su memoria proverbial los rasgos acentuados de Gus Mannix, profesor de piano de Paul, a quien algunas revistas proclives al escándalo sindicaban como antiguo enamorado de Lady Elwood.
- Los celos -musitó Havilland- son malos consejeros.
Se encaminó hacia el baño. Allí podría detectar huellas dactilares del impetuoso profesor Mannix. Havilland no pudo disimular un rictus de contrariedad cuando, junto a la bañera, semitapado por la cortina plástica encontró el cuerpo del eximio pianista. Entre ceja y ceja, algo más arriba de la congelada expresión de asombro que dibujaban sus ojos, mostraba el orificio pequeño pero nítido de una bala calibre 22. El inspector aspiró hondo y tomó la medida entre el lavabo y el grifo de agua caliente.
- Estoy ante la obra de un loco -dictaminó-: Jerry Fergusson.
Nunca había podido olvidar la mirada extraviada del jardinero mientras le explicaba su extraña teoría sobre la doble personalidad de las azaleas y la influencia que ejercían las monocotiledóneas sobre las decisiones del Vaticano. Tampoco nunca había olvidado que Jerry Fergusson le había confiado que atendía los jardines de Lady Elwood.
- Sé muy bien dónde estará oculto -se dijo.
Sorteando el cadáver de la acaudalada viuda, se dirigió al teléfono. No tenía tono. Observó que se hallaba desconectado. Agachándose tras el cable atisbó bajo la cama. Allí, con la cabeza destrozada por un atizador de la estufa de leños, vio a Jerry Fergusson, el jardinero. Havilland se frotó suavemente las yemas de los dedos. Frunció los labios y aprobó un par de veces enérgicamente con su cabeza. Colocó nuevamente el auricular del teléfono en su horquilla. Luego retornó las colillas que había sacado a sus ceniceros. Cortó la hoja con anotaciones de su libreta y la arrojó al inodoro, accionando luego el turbión de agua. Se arrebujó entonces en su bufanda, bajó el ala de su sombrero, salió de la casa cerrando con cuidado la puerta y subiendo al Austin retomó el camino hacia Middleford.


Cuento extraído del libro: El mundo ha vivido equivocado. Roberto Fontanarrosa. Ediciones de la Flor.