Coopertoners

viernes, 1 de noviembre de 2019

Querido Ed



Fueron susurros con 136 kilos de prestancia. No tenía una buena madre. Siempre trató de alejarlo de sus hermanas haciéndolo dormir en el sótano. Lo alimentaba con cabezas de pescado y sobras del almuerzo o la cena. Se llama Edmund, le dicen Ed. Un chico bastante iluminado intelectualmente entre las oscuras paredes de su celda refugio. "El cartilago del cuello humano no difiere demasiado del de un pollo" -Confesaría años mas tarde al agente Holden Ford en la prisión de Vacaville.
Según sus palabras fueron una seguidilla de sucesos confusos "Un ardor en el alma que te nace de repente"
Su primera víctima había sido su abuela. Tenía 15 años. Solo levantó la escopeta y sucedió. Quería experimentar qué se sentía matar a la abuela propia. Acto seguido esperó a que llegara su abuelo, ya saben el final. "Supongo que se enojaría mucho por lo sucedido, asi que le ahorre el disgusto" Fue declarado insano e internado en el hospital interestatal de Atascadero. Los médicos quedaron maravillados por su inteligencia acelerando el proceso de su liberación. Volvería al mundo a buscar un trabajo estable en el departamento Californiano de transporte. Un detalle no menor, compartiría techo nuevamente con su conflictiva madre.
"Me agradaban esas chicas hermosas llenas de ternura, pero sabía que serían inalcanzables por mi torpe apariencia. Era muy frustrante cuando mi mente fantaseaba cómo se verían esas bellezas desmembradas con sus cabezas empaladas en el fondo del jardín de casa. ¿Has cortado un cuello de oreja a oreja?"
El epílogo de su carrera delictiva culminó con el asesinato de su madre. "Ella me recriminaba que no tenía intimidad, que no podía tener sexo con otro fulano por mi culpa, asi que decidí complacerla" Respondió cuando Ford le preguntó porque decapitó a su madre para después tener sexo oral con ella. "No estuvo mal viejo, no estuvo nada mal..."
Hoy tiene 70 años. Se llama Edmund, y lo siguen llamando Ed.