Coopertoners

miércoles, 12 de enero de 2011

El reverendo asesino

El señor Jones nació en Indiana, EEUU y busco su paraíso en tierra. Se creyó supremo, aunque nadie puede aseverar si todo empezó con fines lucrativos. El "Templo del pueblo" como denominó a su secta, estaba mas cerca del infierno que del edén. Jim Jones ya venía con una herencia digna de un soberano mal parido: Su padre había sido miembro estable del Ku Kux Klan, organización racista abocada principalmente en apalear gente de color, incendiar sus iglesias y fomentar ideas Neonazis. Pero el joven Jim supo rebuscárselas de muy joven y se dedicó a la ventas de animales. Hacia 1950 fundó su primer iglesia que llamó "Alas de libertad" a la que paradójicamente se acercaban, en su mayoría, Afroamericanos. En sus discursos aseveraba ser la encarnación de Jesús, Buda y Lenin (!?) ademas de practicar la sanación gracias a sus manos. En el año 1977 tuvo que huir, junto a sus discípulos, en busca de nuevas tierras producto de las investigaciones llevadas a cabo por la Cia sobre evasión de impuestos. Recalando en Guayana, Sudamérica, fundó una propiedad agrícola a la que bautizó con su nombre: "Jonestown"
Algunos arrepentidos, que no siguieron a su líder en su loca travesía, aseguraban haber recibido brutales palizas y, en otros casos, ser testigos de asesinatos. Es por eso que hacia 1978 el congresista Leo Ryan viajó junto a su comitiva con el fin de investigar las denuncias de abuso y maltrato físico propinado dentro de la secta. Luego de tres días de investigación el congresista, junto a otros senadores y camarógrafos que habían sido alertados sobre un supuesto atentado, fueron acribillados a balazos antes de alcanzar el avión. Luego de lo sucedido, y previendo lo que sucedería luego de la masacre, Jones instigó a sus seguidores a quitarse la vida. Los que se resistieron fueron forzados mediante inyecciones de cianuro y otros eran ejecutados a punta de pistola. 914 personas hicieron cola pacientemente con sus vasos en la mano esperando el terrible brebaje, entre ellos, 276 eran niños.
Encontraron al "Padre divino" en su silla con un disparo en la cabeza.
Si es que existe una justicia divina en la tierra, en el caso de Jones, pudo evadirla impunemente.

2 comentarios:

  1. Muy buena historia. Ahora, que bueno que el señor Jones se llevó con él a todos sus discípulos.

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  2. Grande Leo!! Siempre firme junto al pueblo jajaja!!

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