Coopertoners

sábado, 9 de abril de 2011

Postales del infierno

Juro que no quiero apelar al golpe bajo, pero veo esto y hay un fuego que me quema por adentro. Si no fuera por mis hijos me podría morir tranquilo, abandonando lo que desprecio si se quiere. En una raza sabelotoda que pregona la democracia, la paz social, las libertades y el respeto por las instituciones, pero que termina haciendo absolutamente todo lo contrario, sus fines son tan siniestros como implacables a la hora de llevarlas a la práctica. Uno no hace mas que ver, asimilar y volver a observar las miserias que nos rodean, la bajeza con la que actuamos y pensamos sin hacer absolutamente un comino, endureciéndonos de tal manera que ya nos parece algo común que mueran chicos. Como si fuera una regla no escrita, como si nacer en tal o cual lugar justificase ciertas atrocidades, como si las guerras fuesen programadas para los noticieros de horario central haciéndonos llorar a 15 mil kilómetros de distancia sin ningún tipo de solución.
Si analizáramos un poco aunque sea la situación, un poco, y descubriéramos que hay señores a los que no les interesa absolutamente nada la vida de los otros, que ordenan asesinar sin ningún tipo de remordimiento, sean bebés, niños o ancianos, por lo menos nos daríamos cuenta del verdadero mal que nos ocultan a diario. Descreo absolutamente de todo por que descreo del hombre y me enfurezco aún mas con la ingenuidad en la que vivimos. La gran sociedad norteamericana ( así en minúscula) está acostumbrada a revolear sus banderines por una causa patriótica pero que poco sabe de sus verdaderas intenciones. Son tan civilizados que viven en guerra, negociando a puro bombazo por ser el gran protector de las libertades junto a sus secuaces amigos Europeos.
Ojalá se acabe el petróleo de una vez por todas. Ojalá caigan todas las bolsas del mundo. Puede que amainen las guerras y caiga de una vez la venta de armas. Podría ser la única manera de dejar de ver tantos chicos con los ojos apagados. Ojala despertemos de tanto sueño idiota. Ojalá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario