Cómo olvidarlo, son tapas que hacen historia. Spiritual Healing fue una de ellas. Causa tanta impresión como gracia, mas si se tienen anécdotas referidas al fanatismo. "El rigor de la obsecuencia hacia el camino de los liberados a menudo conduce al infierno" me dijo cierta vez un tabernero de la calle Tacuarí. Y no es broma. Uno ve tanto marmota con la biblia en la mano que dan ganas de hacerse luciferiano, pero como lucifer es lo mismo entonces me quedo con la cerveza y el maní con cáscara.
De castigos y maldiciones ya me hartaron. Estos señores han salido con los tapones de punta vociferando a los cuatro vientos que Chuck Schuldiner, líder y guitarrista, había ido demasiado lejos con sus proclamas y que aquel tumor cerebral no era otra cosa que un mandato divino. Mírenlos a ellos sino con sus templos, con sus trajes y autos y hasta con sus mujeres, que de obligaciones familiares tienen el mismo puntaje que yo en física cuántica. Ojalá la juventud siga prendida a las bondades de la cumbia antes de caer en sus garras porque, si fuera por éstos, seguro que se termina en un nuevo Jim Jones.
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