Veinte años después de la catástrofe de Bophal, India, más de 100.000 personas, sufren en la actualidad enfermedades crónicas achacables a la contaminación causada por el escape. Esta fecha fue establecida por la organización PAN International (Pesticide Action Network), para recordar a las más de 16.000 personas fallecidas en el hecho ocurrido en 1984 por el escape de 40 toneladas del gas tóxico metil isocianato, químico utilizado en la elaboración de un plaguicida de la Corporación Union Carbide, adquirida en 2001 por Dow Chemical. Solo en los tres primeros días murieron 8.000 personas.
En el año 2000, se denunció a la fábrica Eveready, de la misma empresa (Unión Carbide Argentina) de enterrar clandestinamente pilas alcalinas no aptas para la comercialización. El depósito de residuos tóxicos se encontraba en un predio el kilómetro 752 de la ruta 9, en la ciudad de Jesús María, provincia de Córdoba. La planta funcionó en ese lugar entre 1965 y 1987, pero desde 1994 está asentada allí la empresa brasileña Iochpe Maxion. Esta firma acordó con Eveready, hoy bajo licencia de la empresa Ralston Purina Argentina S. A., el saneamiento del terreno y el traslado de los materiales tóxicos. La compañía Ailinco comenzó a remover los residuos industriales a fines de septiembre para trasladarlos en camiones supuestamente acondicionados a un predio de enterramiento o tratamiento localizado en Zárate, Buenos Aires.
Cada año en el mundo se intoxican cerca de 3 millones de personas por el uso de agrotóxicos.
Mueren más de 220 mil por año. Esto significa 660 muertes por día, 25 muertes por hora. El programa de vigilancia epidemiológica de los Ministerios de Salud y la Organización Panamericana de la Salud en 7 países de Centro América, estima que cada año, 400.000 personas se intoxican por plaguicidas.
Naciones Unidas considera que la tasa de intoxicaciones en los países del sur podría ser unas 13 veces mayor que en los países industrializados, por lo cual declaró a los plaguicidas como uno de los mayores problemas en el ámbito mundial. Para 1991 se calculaba que 25 millones de trabajadores agrícolas sufrirían un episodio de intoxicación por plaguicidas y que éstos serían responsables de 437.000 casos de cáncer y de 400.000 muertes involuntarias.
Del campo de guerra, al campo sembrado
“Los agrotóxicos no fueron inventados para la agricultura y no fueron solicitados por los agricultores, son un producto de la guerra. Y hoy cuando vemos los problemas ocasionados por los agrotóxicos, tenemos que decir el nombre cierto: Veneno – Arma Química – Agrotóxico.
En la Primera Guerra Mundial Alemania fue bloqueada y los aliados prohibieron la importación del salitre chileno y otros abonos nitrogenados que podían utilizarse en la fabricación de explosivos. Cuando terminó la guerra los alemanes tenían un enorme stock de nitratos, que ya nadie quería. La industria química los recicló y se los impuso al agricultor. Así nacieron los abonos nitrogenados. La agricultura fue una especie de basurero para la industria de la guerra.
Como producto de la guerra ellos fueron creados para matar al hombre, para destruir sus plantaciones, no para hacer beneficio a la humanidad. Cuando explotó la primera bomba atómica, en el verano de 1945, viajaba en dirección a Japón un barco americano con una carga de fitocidas, entonces declarados como LN 8 y LN 14, suficientes para destruir el 30% de las cosechas. Más tarde, en la guerra de Vietnam, estos mismos venenos, con otros nombres tales como “agente naranja”, sirvieron para la destrucción de decenas de miles de kilómetros cuadrados de bosques y de cultivos.
También el DDT, usado para matar insectos, surgió en la guerra. Para combatir la malaria. Después de la guerra, nuevamente la agricultura sirvió para canalizar las enormes cantidades almacenadas y para mantener funcionando las grandes capacidades de producción que habían sido montadas.
Más de 500.000 toneladas de plaguicidas obsoletos, prohibidos o caducos, se acumulan en casi todos los países en vías de desarrollo y en transición, suponiendo una grave amenaza para la salud de millones de personas y para el medio ambiente”.
Nicaragua: En un ingenio han sido necesarias 986 personas fallecidas por los efectos del agro-tóxico Nemagón para que la Asamblea Nacional de Nicaragua comenzara a moverse. Los resultados son dramáticos.
Según cálculos han muerto 1383 trabajadores y en los últimos años hay un promedio de 46 muertos mensuales.
Argentina: En Misiones, 5 de cada 1000 niños nacen afectado de Meliomelingocele, una malformación del sistema nervioso central.
En Misiones se estima que cerca del 13% de su población tiene alguna discapacidad, “cuando vemos qué presupuesto tiene para Latinoamérica Monsanto, que tiene su gran agencia acá en Posadas, 30 mil millones de dólares son los que invierten en agrotóxicos para que unos pocos sean muy ricos y para que todos los demás seamos discapacitados”.
Ver también los informes por provincia del Grupo de Reflexión Rural, el informe “Pachamama” (Ecos de Romang) y “Las derivaciones del caso Portillo” (diario El Día, Gualeguaychú), entre otros, que generan vergüenza e impotencia en nuestro país.
Paraguay: Es el tercer exportador y cuarto productor mundial de soja. El 85% de las semillas plantadas pertenecen a Monsanto. El Ministerio de Salud registró 430 casos de envenenamiento y muerte entre los años 1999 y 2000. En este contexto, quizás el caso más resonante en Paraguay sea la muerte del niño Silvino Talavera, ocurrida en enero del 2003 que dio origen al primer juicio a productores, condenados a sólo 2 años de cárcel. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que de un total de 3 y 5 millones de casos anuales de agricultores afectados, 40.000 mueren por intoxicaciones agudas.
Uruguay: El director del Registro Nacional del Cáncer, del Ministerio de Salud Pública, Dr. J. A. Vasallo, en su libro Cáncer en el Uruguay, de 1989, expresa que hay un incremento del 64% en los últimos 30 años.
Brasil: Se comprueba la contaminación transgénica ¡de Cataratas! Un estudio llevado a cabo por el Instituto Brasilero de Medio Ambiente y Recursos Renovables (IBAMA) en el Parque Iguaçu confirmó que los cultivos de soja transgénica que abundan en su zona de influencia son la causa de la contaminación genética de diversas especies vegetales. El cultivo de soja en la zona de resguardo del parque está prohibido por ley.
En el primer semestre de 2004 China embargó un cargamento de soja proveniente de Brasil, registraban contaminación con fungicidas Carboxin y Captan. Este procedimiento, según ambientalistas, es común en exportaciones hacia países pobres, cuando parte de la carga comercial es rellenada con granos contaminados. Ante el rechazo de China del producto contaminado, se cree que la soya haya sido adquirida por países con menor poder de imponer restricciones comerciales, como Indonesia. Sin embargo, este mismo lote con niveles de contaminación similares pudo estar también en la mesa de los brasileños.
Colombia: Es muy difícil calcular las intoxicaciones en Colombia y América Latina porque la mayoría de casos no se registran. Las autoridades subestiman las quejas, como ocurre con miles de intoxicaciones por las fumigaciones aéreas de Roundup (glifosato) en zonas de cultivos de uso ilícito en Colombia, en concentraciones mucho más altas que las autorizadas para el uso agrícola. Cabe recordar la ocurrida en 1967 en Chiquinquirá (Boyacá), Colombia, que involucró a más de 500 personas, de las cuales 165 requirieron tratamiento hospitalario y 63 murieron. Se intoxicaron y murieron decenas de niños cuando desayunaron con pan elaborado con harina de trigo contaminada con Folidol (paration). Perú: la tragedia de Tauccamarca, ocurrida en octubre de 1999, donde 24 niños resultaron envenenados y muertos luego de ingerir un alimento contaminado con Parathion, plaguicida producido por la multinacional Bayer, 24 niños murieron en la comunidad cusqueña luego de haber consumido el desayuno escolar. La muerte fue casi instantánea, en medio de los más atroces dolores. Otros 22 niños sobrevivieron, pero es posible que sus sistemas nerviosos hayan quedado seriamente dañados.
Las muertes causadas por el herbicida paraquat de Syngenta (Gramoxone) en el mundo se calculan por miles. Paraquat ha sido responsabilizado por numerosos problemas de salud en los países en los que es utilizado. Malasia es uno de 13 países que lo han prohibido, pero hay 120 que siguen utilizándolo. En cambio, la UE lo ha aprobado.
En Costa Rica desde 1980 y durante dos décadas ha sido reportado como el primer causante de envenenamientos y responsable de una tercera parte de las muertes de centenares de trabajadores agrícolas. No se conoce antídoto ni tratamiento eficaz para controlar un envenenamiento con paraquat. Se estima un 85% de casos no registrados, en el año 2000 se reportaron 752 personas intoxicadas por plaguicidas, de las cuales 12 fueron casos mortales.
En una investigación reciente sobre el agua embotellada en la India mostró niveles altos de lindano, entre otros plaguicidas como el DDT y el malatión altamente tóxicos, y por ello se desató también una campaña contra la Coca-Cola por vender sus cocacolas contaminadas. Esto en Gran Bretaña no fue ninguna novedad, después de haber acusado a la misma empresa, que su agua mineral Dasani, tenía el doble de bromato de lo permitido, y de no ser potable sino, sacada de la canilla, desde esa fecha, esa agua embotellada hace furor en Argentina
Chile: El lindano, a pesar de estar prohibido desde 1998 por el Ministerio de Agricultura para su uso agrícola debido a sus graves efectos para la salud de las personas, se sigue aplicando en las cabezas de niños para combatir la pediculosis. Lejos de erradicar el mal, este plaguicida ha generado resistencia y la pediculosis se ha hecho endémica, según reconocen autoridades del Ministerio de Salud”.
Méjico: Los índices de cáncer en Méjico han aumentado a partir de 1989, se registró como la segunda causa de muerte del país. Ese año hubo 40,628 muertes (48.2 por 100 mil habitantes). Curiosamente en la ciudad de Comitán, donde se crían muchos cerdos y en la región Costa de Chiapas, el alto índice de personas con cáncer de estómago ubica a la ciudad en el primer lugar a nivel mundial en esta enfermedad. En la región es muy usado el lindano para matar los piojos y atacar la sarna de los cerdos. También se usa en polvo que se aplica en el maíz con el fin de embodegarlo y evitar que entre la polilla o para que los gorgojos no piquen el frijol. En esta región fronteriza se realizan desde hace años constantes fumigaciones sobre plantíos de comunidades indígenas que rocían también casas, animales domésticos, milpas y cafetales.
Mucha población de abeja ha sido eliminada y con ello a los productores de miel. Y es que el lindano además contamina altamente los suelos, ríos, pozos, lagunas y aguas subterráneas. En la Zona Altos el lindado también es frecuentemente usado por los promotores de la Secretaría de Salud para la aplicación en niños y niñas hasta de cuatro meses de nacidos para combatir los piojos del cabello. La IARC como la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (US EPA) ha clasificado al lindano como un posible carcinógeno humano.
Para uso agropecuario existen tres empresas que comercializan Lindano:
Agromundo, Ingeniería Industrial e Industrias Gustaffson. Cabe destacar que esta última fue comprada en 2004 por la multinacional Bayer –una verdadera experta en envenenamiento planetario- y vende el Lindano bajo el nombre de Germate Plus. La Bayer había comprado además, en 2001, la empresa Aventis Crop Science, una fusión de Laboratorios Helios, AgrEvo y Rhone Poulenc. Además de rociar a los indígenas de Chiapas con Baygon.
La empresa Anaversa, en Córdoba, Veracruz, en mayo de 1991, ha causado numerosas muertes por cáncer y efectos crónicos en la población; nunca se efectuó la limpieza del lugar ni se compensó a las víctimas, aunque la empresa cobró el seguro contra accidentes. Un segundo caso es el de la empresa formuladora de plaguicidas Artivi, en Juchitepec, Estado de México.
Un tercer caso es el de Tekchem, en Salamanca, Guanajuato, que produjo por décadas insecticidas organoclorados persistentes, lo cual creó problemas de salud y contaminación ambiental. En sus instalaciones, la empresa conserva 84 mil toneladas de residuos organoclorados que dejó Fertimex más 45 mil toneladas de azufre contaminado. Estas y otras sustancias se encuentran a la intemperie.
Las fábricas del espanto
DUPONT: Durante la Guerra Civil en los EEUU suministraba la mitad de la pólvora usada por el ejército de la Unión, también dinamita. Siguió siendo un proveedor del ejército estadounidense tanto en la Primera Guerra Mundial como en la Segunda, también colaboró en el Proyecto Manhattan, siendo responsable de la planta de producción de plutonio en el Laboratorio Nacional Oak Ridge. DuPont fue, junto con General Motors el inventor de los CFC (sustancias dañinas para la capa de ozono). En un informe remitido por Saddam Hussein a las Naciones Unidas previamente a la invasión de Iraq se reveló que DuPont había participado en el desarrollo del programa nuclear iraquí. Una investigación de la Agencia de Protección Medioambiental acusó a DuPont de ocultar los efectos del C-8 (un producto usado en la obtención del Teflón). Varios estudios sugieren que el efecto acumulativo de este material es cancerígeno, además de poder provocar malformaciones en el embarazo.
BASF: BASF es la empresa química más grande del mundo. De origen alemán, comprende más de 160 subsidiarias y cuenta con más de 150 plantas de producción en todo el globo.
Entre sus productos esta la anilina, de efectos cancerigenos para animales y seres humanos.
IG Farben fue fundado en 1925 de la fusión de BASF, Agfa y Hoechst. IG Farben fue la única compañía alemana con su propio campo de concentración, donde murieron al menos 30.000 personas, y muchos más fueron enviados a las cámaras de gas. IG Farben construyó una gran planta en Auschwitz, con una fuerza de trabajo cercana a los 300.000 esclavos. El gas Zyklon B que se utilizaba en las cámaras de exterminio, era fabricado por Degesch, una subsidiaria de IG Farben, con este veneno fueron ejecutados millones de judíos, gitanos y soviéticos.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, las naciones aliadas, durante los Juicios de Nuremberg, ordenaron desmembrar el consorcio. Las empresas sucesoras de IG Farben en la actualidad son Bayer, BASF y Hoechst, las que heredaron el total de las propiedades de IG Farben no así las responsabilidades penales. Actualmente, BASF ha lanzado una campaña publicitaria que promociona el agrotóxico de nombre comercial “Opera”que es un funguicida –un veneno para hongos- que se utiliza en los monocultivos de soja para controlar enfermedades de fin de ciclo, en particular la “roya asiática”. La publicidad nos muestra a un niño sonriente, con una pequeña planta en la mano y con una extensa plantación de soja de fondo. La imagen es acompañada por la frase “La innovación BASF está aquí para mejorar tu calidad de vida”. Lo idílico de la imagen dista mucho de la realidad que el cultivo de soja y su paquete tecnológico asociado representan para nuestro campo y sus habitantes.
BAYER: produjo hasta la Primera Guerra Mundial una droga llamada diacetylmorphine, una droga adictiva, vendida originalmente como tratamiento de la tos, que luego paso a llamarse Heroína. La heroína era una marca registrada de Bayer, hasta que fue prohibida antes de la Primera Guerra Mundial.
Desde 1925 y hasta 1951, Bayer se convirtió en parte de IG Farben, un conglomerado de las industrias químicas alemanas que formaron la base financiera del régimen nazi. El Dr. Fritz ter Meer, condenado a siete años en la prisión por los crímenes de guerra por el tribunal de Nuremberg, fue hecho Directivo Supervisor de Bayer en 1956, después de su excarcelación. También son de su atribución la creación de agentes químicos como: Gas mostaza (arma química) y Tabun (gas nervioso)
SYNGENTA: pesticida asesino y semillas “Terminator”: El Paraquat es vendido en más de cien países con el nombre genérico de “Gramoxone”, representa una parte importante de las ganancias de la transnacional radicada en Basilea – que en el 2006 tuvo beneficios netos declarados cercanos a las 900 millones de dólares- y “ha causado miles de muertes”. Nacida en el 2000 de la fusión de las divisiones agroquímicas de la Novartis suiza y del consorcio anglo-sueco AstraZeneca- el Gramoxone sigue siendo vendido en todo el mundo y su expansión no para, como lo prueban las nuevas instalaciones que la empresa abrió en China.
En mayo del año en curso, diversas organizaciones de Asia, África y Europa, presentaron una denuncia contra Syngenta ante la FAO. La empresa no respeta su artículo 3.5 que llama a evitar ciertos pesticidas extremadamente tóxicos. En julio pasado la Corte de Justicia Europea también se pronunció contra dicho producto. Las plantas del tipo “Terminador” producen semillas estériles que no dan más que una sola cosecha. Los campesinos no pueden volver a ocuparlas para la siembra. Según la denuncia de marzo 2006 de las organizaciones suizas, “el único objetivo de esa tecnología es dominar el mercado de semillas y asegurar el control de la alimentación mundial…lo que implica una violación al derecho humano de la alimentación”. En Brasil, una milicia armada atacó a campesinos en un “campo experimental” de la multinacional Syngenta ubicado en Santa Teresa oeste. Este campo fue ocupado y denunciado por los campesinos, pero a las 13:30 del pasado domingo 21 de octubre fueron atacados. Un miembro de la Vía Campesina, Valmir Motta, de 32 años de edad, padre de 3 niños, fue ejecutado con dos disparos en el pecho. Otros seis trabajadores rurales fueron heridos severamente.
MONSANTO: acusada de contaminar el pueblo de Times Beach , las aguas del pueblo Anniston , creador del Aspartame (Nutrasweet) endulzantes de efecto tónico para el cerebro, no conforme con ello, suministra la cafeína a Coca Cola.
Por su glifosato Round Up fue condenada al ser demostrado su carácter potencialmente cancerígeno y perturbador del sistema endocrino, y de “provocar efectos nefastos para el ambiente a largo plazo.
Hoy su “maíz transgénico”, aprobado para consumo humano por la UE, dos de sus híbridos que se sometieron a votación incluyen la modificación genética Nk603, fue analizado recientemente por el instituto francés CRIIGEN, que encontró claros signos de toxicidad en los datos aportados por la empresa fabricante, la multinacional Monsanto. El tercero de los maíces aprobados, conocido como Herculex, ha sido repetidamente denunciado porque los análisis realizados por las empresas fabricantes, Pionner y Dow, revelaron signos de toxicidad que exigen nuevas investigaciones. Resistencia argentina Amigos de la Tierra, COAG y Greenpeace han denunciado reiteradamente a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) por no exigir más investigación antes de dar el visto bueno a nuevos transgénicos y por no tener en cuenta las evidencias sobre sus efectos perjudiciales” ya que mientras no se produzca una mejora radical de la evaluación de riesgos de los transgénicos, los procesos de autorización deben suspenderse. En la India, el Ministerio de Agricultura reconoce que entre 1993 y 2003 ocurrieron 100 mil suicidios de campesinos. Y entre 2003 y 2006 (octubre) se han presentado unos 16 mil suicidios cada año. En total, entre 1993 y 2006 hubo alrededor de 150 mil suicidios ¡30 diarios durante 13 años! Miles de campesinos cuya forma de vida ha sido destruida han recurrido al suicidio como única escapatoria.
Recurrieron al algodón de Monsanto buscando reducir el costo en plaguicidas, la trampa del endeudamiento se les vino encima más rápidamente porque las semillas del algodón de Monsanto son aún más caras.
El debate negado y los silencios de la prensa
Esa es una de las principales conclusiones que arroja una meticulosa investigación realizada por el Observatorio de Medios de la Agencia Periodística del Mercosur (APM), de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), de Argentina. Esa investigación desnuda las técnicas manipuladoras de la prensa hegemónica. Una medición del Observatorio de Medios de APM constató que los principales periódicos económicos de Buenos Aires promocionan el programa que convierte a la comida en gasolina para los ricos.
La prensa y los gobiernos se niegan a un debate sobre estos temas, negando y ocultando información, cuando justamente, concientizando a la población se evitarían tantas muertes y habría un mejor manejo y prevención sobre los agrotóxicos. Sin embargo: Vemos en la televisión días atrás, un vergonzoso programa de “Un mundo de bajo consumo”, aplaudiendo a los biocombustibles, mostrando la cultura yanqui, y los autitos “híbridos”, solo accesibles a Bill Gates ¿Por qué no se realizó en Paraguay, en Brasil o en Santa Fe mostrando los estragos de la soja? A ver si nos regalan aceite de papas fritas en Puerto Madero para el auto, hagan fila, por ahí tienen suerte… El mismo canal, levanta una nota a realizarse con integrantes de Acción Ecológica sobre minería, a horas de realizarse, seguramente por presiones.
La Corte de la provincia de Catamarca anula un plebiscito sobre un SI o un NO a la instalación de una mina de uranio a cielo abierto, escudándose en el artículo 124 de nuestra Constitución Nacional, sin tener en cuenta que el artículo 41, esta en “Derechos y Garantías”de nuestra Constitución, si no se dieron cuenta, y que el pueblo es el soberano y ellos solo un número, un ñoqui, un mero representante de ese soberano.
Los niños nacidos con malformaciones en Santa Fe y en Misiones, jamás tuvieron una nota en ningún diario de Buenos Aires, algunos diarios locales y las Web ecologistas pelean solas, exponiendo estos temas y mostrando al mundo, que con pavor, repiten las noticias una y otra vez… mientras Argentina: calla. El milagro de la soja, según algunos rafaelinos que escuchamos, avergonzandonos de ser santafecinos, en una Universidad de Tres de Febrero, Buenos Aires, hablando de arte, le agradecen a la soja…por el arte!
Brinden con Round Up, señores… Cuando los plaguicidas maten hasta el último pájaro de los montes que aún nos quedan, no agradecerán ni a Monsanto, ni a Bayer, ni a Syngenta y compañía. Porque estar en el holocausto y no darse cuenta, es ya estar muerto en vida.
Por Graciela Cristina Gómez (Abogada (UBA) y Escribana (UNR) Romang-Santa Fe-Argentina. Publicado en Ecoportal.net
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