El hombre avanza a pasos agigantados. El futuro es prometedor. La tecnología no sabe de límites ni utopías. Hay hordas de tecnocratas aplaudiendo hasta reventarse las manos. O tal vez haya sido culpa de los ignorantes o los indiferentes. Ya es tarde. El futuro ya llegó y éste es su legado. A 27 años de aquella terrible explosión nuclear.
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