No había nada mas radical en la Norteamérica de los 80s que Wendy O Williams. Emparentada siempre con los excesos, y el me chupa un huevo todo, supo captar la falta de pelotas dentro de un género que había quedado huérfano con la caída del punk. La mina tenía lo suyo, cantaba como podía, tenía un físico tremendo y para colmo poseía una actitud pocas veces vista en este ambiente tan ambiguo como caretón. ¿Se le puede pedir algo mas? No era ni satanista, ni hare krishna, ni cientóloga, ni nada que se le parezca. Digamos que siguió siendo como fué y eso les voló la cabeza a mas de uno (me incluyo)
Así que si Marilyn Manson compró una nueva mansión o Rob Zombie se abre camino como director de cine es cuestión de ellos. Me quedo con Wendy que murió en la suya haciendo lo que quería hacer en la América de Ronald Reagan. Y que se cague el sueño Americano.
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