Lágrimas que corren y caen sobre un adoquín tan frío como el alma que las expulsa.
Gritaron tiempo y algunos todavía ni comenzaron a recorrer el periplo de la existencia.
Decime a dónde vas y seguramente nos encontraremos de vuelta en la cantina del matadero.
Tal vez comencemos de nuevo, o nos demos cuenta que ya es demasiado tarde para rosas.
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