Estabas entre dos fuegos quemándote, desvariando, y quise
sacudir la modorra con algo muy poco amigable.
Siempre ofrendas, bailes, alabanzas.
Te ví por un momento y pensé: “que dulce castiga el mundo”
Y sin embargo, si hoy me quisiera un poco te diría “que
lástima no ver tu lado entrañable”
Ahora es tu sombra la que guía mis pasos. Si fue por llanto o
por demencia o por todas esas cosas que amargaron mi existencia, hoy, ya no me
desvela. Tengo otras torturas cotidianas
De tus ritos el olvido, lo demás lo llevo conmigo.
Te vi llena de vida cargando con todo ese espanto. El último
recuerdo que poseo de aquellos años.
Quise ser un poco más correcto, pero sigo nadando en un mar
inconcluso de profecías.
Si llegara el día en donde todo acabe tal vez lo tenga más
claro. Aunque pensándolo bien, si hoy me quisiera un poco te diría “que lástima
no ver tu lado entrañable”
Extracto de la culpa inconclusa, parte 1. Spmoat.
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