James Reynolds fué el fotógrafo que se digno a retratar el último pedido de un condenado a muerte. En algunos casos comían hasta reventar, otros en cambio preferían no sobrecargarse demasiado. Eran cuestiones menores ya que todo estaba dicho. Un dato no menor: Todos los ejecutados fueron declarados inocentes luego de la condena. Pequeño detalle. La estupidez humana definitivamente no tiene límites.
David Spence pidió pollo frito, papas fritas, té, café Coca cola y helado de chocolate.
Cameron Todd Willingham pidió tostadas, aros de cebolla, carne y dos porciones de torta.
Leo Jones optó por carne, papas tostadas y huevos.
Claude Howard Jones comió por los días que no vendrían: Carne, salchicha, tostadas con mermelada y ocho huevos.
Rubén Cantu pidió pollo frito, gaseosa y arroz.
Fuente: http://www.buzzfeed.com/tanyachen/photographer-captures-chilling-images-of-wrongfully-accused
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