Suena el teléfono en una modesta casa de José C. Paz, en el noroeste del Gran Buenos Aires. Una mujer atiende del otro lado y duda unos segundos cuando le preguntan por un joven llamado Juan Carlos. “Ah, vos querés hablar con el Negro. Ahora te paso”. Primera desmentida: los rumores que pintan al skin local procedente de barrios ricos y dueños de un manifiesto racismo no son ciertos. Por lo menos en este caso. El Negro Varela edita hace ya tres años el fanzine Golpe Justo -Casilla de Correo 89 (1665), José C. Paz, Buenos Aires-, primer pasquín skinhead que difundió el sharp en el país. El motivo que lo impulsó a hacerlo fue la total ignorancia de la gente respecto del verdadero skinhead, el de la fusión de dos razas unidas por el ska y que desembocó en sonidos más duros con el punk y el oi!.
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“Por suerte, muchos curiosos se acercaron al zine y le cazaron rápido la onda al sharp. Al principio quedaron anonadados de que una revista que se autodenominaba skinhead hablara en contra del racismo, pero la idea llegó a lugares como Mendoza y Rosario, donde hay bandas y fanzines”, cuenta el Negro entusiasmado.Por otro lado, dice que los sharps están en el medio de un fuego cruzado, como blanco fácil de todas las críticas: “Hay gente a la que le cuesta creer que no somos fascistas, que podemos estar en un recital de Fun People sin molestar a nadie y que no tenemos posturas de matones. Paradójicamente, es gracioso que los skins fachos nos consideren comunistas cuando tampoco lo somos, solamente porque no pensamos como ellos”, dice. Así como hay boneheads en Buenos Aires, la mayoría de ellos asentados en la zona de Tigre y aledaños, también hay varios sharps antirracistas de barrios de Capital y provincia que se juntan para ver a la banda oi! Grito de Unión, a los skacore Espías Secretos o a los two tone Satélite Kingston. Los sharp admiten no tener problemas con nadie que no sea como ellos. “Con nosotros paran heavies, punks y hardcores. Tenemos amigos rolos y hasta homosexuales. No somos como los nazis, que les pegan a los que no son como ellos, porque toman drogas o tienen el pelo largo”.
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Adrián, otro sharp que participa de la charla, insiste en aclararle al fotógrafo desconcertado y al mismo tiempo entretenido en retratar con su cámara los parches antirracistas de la campera, que ellos no son como los que muestran los medios de comunicación. Y que se aclare bien que no son fascistas. “Es que una vez, en un diario utilizaron unas fotos de skins con prendedores de sharp y del sello Trojan para una nota sobre boneheads”, dice enojado. La confusión, está claro, existe y no les cae nada bien. Por eso dicen: “Los medios son los culpables de confundir a la gente con esta idea de que el ser un skin es ser nazi. Lo hipócrita del caso es que muchos periodistas saben que no es así o deberían saberlo, porque les informamos varias veces enviándoles material sobre el sharp. Hasta hicimos un reportaje para otro diario grande que hasta el momento no lo publicaron. Prefieren ignorarnos y no aclarar los orígenes policulturales para seguir vendiendo sensacionalismo a la gente”.
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Ni siquiera en los días patrios llevan una escarapela o cualquier otro símbolo nacional y tan solo despliegan una sábana con el logo del sharp en un momento del encuentro con el NO. “No usamos banderas nacionales en nuestras camperas porque las usan los boneheads, pero no tiene nada de malo llevarla porque los símbolos patrios como la bandera celeste y blanca es del pueblo, de la gente y no de los militares o la policía. Pasa que está mal visto y te tildan enseguida de facho”, razona Adrián. El reciente juicio y encarcelamiento a tres nazis que golpearon a un joven en Belgrano puso a los skinheads nuevamente en boca de todos. “Detrás de estos tres pibes que fueron presos hay un partido político de extrema derecha (Movimiento Nuevo Orden) que maneja a varios boneheads afiliados. Sería mejor que la justicia se ocupe de vigilar las actividades del MNO en lugar de aplicar la Ley Antidiscriminatoria y hacer circo para contentar a la DAIA, por una simple pelea callejera entre bandas juveniles”, dicen. Yrematan con una sentencia-deseo. “En todos los medios sacaron artículos sobre el caso, pero sólo en la revista Luna nombraron al pasar al sharp y a los redskins como otras corrientes skinhead. Ojalá que después de esto nuestra imagen cambie.”
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Mariano Miramontes - Página / 12 - Suplemento No - 09/07/1998
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