A pesar de haber muy buena química las baterías se fueron consumiendo por las experiencias personales de cada uno: Laburos a destajo, los primeros hijos, la falta de laburo en otros, etc, etc.
Las letras resumían todo el pesimismo que se respiraba en el aire mientras que las melodías eran aún mas depresivas. La lenta deserción de cada uno de sus integrantes se hizo elocuente cuando, a falta de Baterista, se grabó un demo con un percusionista improvisado que utilizó dos biromes Bic a falta de palillos. Aquello fué el principio del fin, con casi dos años de lealtad absoluta. Creíamos realmente en lo que hacíamos a pesar de que los molinos de viento eran demasiado grandes. Aún asi quedaron las fotos, algunos registros caseros y el recuerdo de aquellos gratos momentos.
Emiliano ha partido a mejor vida, el inefable Iohansen se sumergió definitivamente en el mundo de la madera, Miguel buscó mejor suerte en tríos de Jazz improvisados, Diego fué y vino en un mar de subsistencias que hoy día parecen avistar un futuro prometedor y, quien les escribe, transitando por parajes un tanto áridos pero con las convicciones intactas como hace 20 años.
Hoy, junto con Diego y Pablo, reflotamos aquellas cenizas y seguimos camino. Agravados Por El Vínculo posee otra tónica con respecto al El Cortejo. Un tanto mas efectista y chocante en todo sentido pero, claro está, esa ya es otra historia.
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