
Extraña banda de fines de milenio con un solo disco en su carrera. Interesante para escuchar e interpretar tanto letras como melodías. Un trabajo sin mayores pretensiones que el de ser disfrutado.
BAJAR


 El tipo fue acusado de facho y anticristo allá por el '83 al frente de su ex-banda Carnivore. Siempre provocativo decidió darle un nuevo impulso a su carrera de músico poniéndose en pelotas para una sesión de fotos en Playgirl. Con Type O Negative tuvo su pico de talento. Símbolo del Doom Metal (melodías densas, letras oscuras, guitarras distorsionadas a mas no poder) supo ganarse la corona dentro del género. Se llamaba Peter Steele, y lo encontraron muerto en su casa a los 48 años. Dicen que fue un ataque cardíaco. El infierno, agradecido.
El tipo fue acusado de facho y anticristo allá por el '83 al frente de su ex-banda Carnivore. Siempre provocativo decidió darle un nuevo impulso a su carrera de músico poniéndose en pelotas para una sesión de fotos en Playgirl. Con Type O Negative tuvo su pico de talento. Símbolo del Doom Metal (melodías densas, letras oscuras, guitarras distorsionadas a mas no poder) supo ganarse la corona dentro del género. Se llamaba Peter Steele, y lo encontraron muerto en su casa a los 48 años. Dicen que fue un ataque cardíaco. El infierno, agradecido.
 Diez, tal vez quince metros. La calle sufría una soledad absoluta mientras sorteaba soretes de perro y bolsas de basura. El tipo sonreía con la mirada perdida. Llevaba traje gris y zapatos negros en punta. No había mas testigos que un gato sarnoso acurrucado sobre el umbral de una vieja casa abandonada. En cuestión de segundos quedaría sellada una nueva historia bajo una persistente llovizna de Junio. El aire llevaba y traía aroma a refrito y chorizos quemados. Detuve la marcha y el tipo sacó el arma llevándosela a la boca. Buscaba un estúpido testigo perdido en la madrugada entre las entrañas de una ciudad dormida. Aún desconozco el motivo. Morir en soledad implica deambular en la eternidad del purgatorio, eso dicen algunos. De ahí que la mayoría de los suicidas buscan noctámbulos desprevenidos. Del gato ni noticias. Salió escupido vaya a saber dónde en el momento de la detonación y yo parado ante aquel trágico cuadro, sin respuestas y, lo que es peor, sin haber encontrado un puto kiosco abierto para despuntar el vicio.
Diez, tal vez quince metros. La calle sufría una soledad absoluta mientras sorteaba soretes de perro y bolsas de basura. El tipo sonreía con la mirada perdida. Llevaba traje gris y zapatos negros en punta. No había mas testigos que un gato sarnoso acurrucado sobre el umbral de una vieja casa abandonada. En cuestión de segundos quedaría sellada una nueva historia bajo una persistente llovizna de Junio. El aire llevaba y traía aroma a refrito y chorizos quemados. Detuve la marcha y el tipo sacó el arma llevándosela a la boca. Buscaba un estúpido testigo perdido en la madrugada entre las entrañas de una ciudad dormida. Aún desconozco el motivo. Morir en soledad implica deambular en la eternidad del purgatorio, eso dicen algunos. De ahí que la mayoría de los suicidas buscan noctámbulos desprevenidos. Del gato ni noticias. Salió escupido vaya a saber dónde en el momento de la detonación y yo parado ante aquel trágico cuadro, sin respuestas y, lo que es peor, sin haber encontrado un puto kiosco abierto para despuntar el vicio.


